¿Necesitamos a Dios? Parte I

Prédicas para Jóvenes: ¿Necesitamos a Dios? PARTE I
por Esteban Reina

Introducción: Me puse a pensar en esta pregunta, pensando, con tantas cosas que hay en este mundo que todos queremos obtener, riquezas, amistades, gloria, fama, tecnología, bienes, cosas, placeres, conforts, etc. Con todo esto que el mundo me ofrece, ¿Para que quiero a Dios? ¿Por qué necesito darle “MI” vida a Jesús?

La realidad me indica que si me esfuerzo lo suficiente puedo llegar obtener lo que me proponga obtener, realmente, la única excusa de no obtenerlo sería mi culpa y falta de disciplina. Puedo obtener lo que el mundo me ofrece. Sin embargo, toda la gente que ha disfrutado de lo que lo mundo tiene para ofrecer parece nunca estar satisfecha:

_        ¿Alguna vez un millonario dijo “no quiero mas dinero… ya gané suficiente?

_        ¿Alguna vez un cantante dijo: “bueno ya me han admirado suficiente, ya no voy a cantar mas en público?

_        ¿Alguna vez un trabajador dijo “no jefe, yo no quiero un aumento, yo estoy bien, déselo a otro”?

_        ¿Ha habido algún drogadicto que diga “bueno, ahhh… ya me drogué tanto que estoy feliz, ya no la necesito”?

Y preguntas así hay miles, interminables… por que parece algo que jamás va a pasar. Todos anhelan ser como otro, mientras que ese otro anhela ser como quien anhela ser como el.

¿Qué nos pasa a nosotros los seres humanos? Por que convengamos que no hay persona “mejor” que la otra, todos podemos llegar ala misma maldad o bondad.

¿Qué papel juega Dios en todo esto? ¿Será que esto es culpa de Dios?

1. El hombre sin Dios

Hay un pasaje en la Biblia que nos demuestra esto que acabo de mencionar, increíblemente, fue escrito hace miles de años y es todavía cierto hoy en día, y esto nos muestra que lo que es verdadero no deja de existir, y no cambia.

Romanos 1:19 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. (La msima creación te muestra la existencia de Dios) 20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.(En otras palabras, el hombre decide ignorar a Dios) 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Cuando dice que “los entrego” no es que de malo hizo esto, sino que ellos ya no le dieron a Dios parte en su vida, por lo que Dios ya dejo de ser parte de sus vida, no quedando otra alternativa que alejarse de ellos.

26Por esto Dios los entregó (o sea, dejo de intervenir) a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, (seguina ignorando y minimizando a Dios, ¿Cuántas veces pensamos nosotros que Dios no imp0rta tanto?) Dios los entregó (Dios no pudo evitar que tengan una mente reprobada, osea, llena de necedades) a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Este es nuestro mundo, lleno de gente que sabe de Dios pero no hacen caso, y persisten en hacer lo que quieren.

  1. Nadie puede negar que esta es la condición actual en la que vivimos, y de en esta lista de gente estamos todos nosotros, ¡SI!  ¡Hempos sido desobedientes!!!! (v. 30). Y todo esto ¿cómo empezó? Simplemente por que elegimos rechazar a Dios, ignorarlo y seguir haciendo lo que queríamos.

La segunda y ultima parte de este mensaje sera publicada la semana que viene