La Plaga del Corazon (La Amargura)

 

Rom 2:1  Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas. 2  Y sabemos que el juicio de Dios justamente cae sobre los que practican tales cosas. 3  ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y haces lo mismo, que escaparás al juicio de Dios? 4  ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? 5  Más por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

13  porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados. 14  Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por instinto los dictados de la ley, ellos, no teniendo la ley, son una ley para sí mismos, 15  ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos,

21  tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas? 22  Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que abominas los ídolos, ¿saqueas templos? 23  Tú que te jactas de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios?

24  Porque EL NOMBRE DE DIOS ES BLASFEMADO ENTRE LOS GENTILES POR CAUSA DE VOSOTROS, tal como está escrito.

28  Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne; 29  sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.

 

Lo que importa es lo de adentro.

Circuncision de corazón                No solo oír; actuar                 No juzgar, humillarnos

 Dios se enfoca en el corazón, en lo de adentro, no quiere hechos y prácticas religiosas, quiere corazones humildes, corazones que le aman, que aman al prójimo, corazones circuncidados.

Lo de adentro es lo importante!

El problema es que muchas veces lo que llevamos adentro de nosotros, no es lo bueno.

No es el que oye la palabra que es justo sino el que lo cumpla. vrs 13

 

Hoy vamos a hablar sobre una situación del corazón. En realidad es mas como una plaga del corazón. Y por esto muchas veces nos volvemos incircuncisos. ¿De que hablo?

De la amargura.

 

 Rom 2:1  Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas.

 

No hay excusa para juzgar a otro.

Dios nos ha rescatado a nosotros aun siendo pecadores extremos. Entonces, ¿Por qué hemos de pensar o querer que otro reciba menos? ¿No deberíamos querer que ellos reciban lo mismo? Dios los ama igual como nos ama. Entonces, ¿por qué nos creemos mejores que ellos para poder juzgarlos a ellos? ¿No fuimos nosotros perdonado por nuestros pecados? ¿No somos nosotros iguales de pecadores?

Ahh allí esta…pensamos que no somos. Ignoramos nuestras faltas y nos enfocamos en la falta de nuestros hermanos. Quizás nos olvidamos que es la misma misericordia que Dios demuestra a nuestro prójimo como a nosotros. Cuando juzgamos en contra de nuestro hermano estamos juzgando en contra de nosotros. Cuando no perdonamos  ni  permitimos misericordia para nuestro hermano estamos quitándolo de nuestras vidas también.

 

Rom 2:4  ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? 5  Más por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,

Es esa tolerancia, paciencia y bondad que nos guía al arrepentimiento y cuando rechazamos eso para nuestro prójimo lo rechazamos para nosotros porque de acuerdo a la medida que medimos a otros seremos medidos. La ira de Dios se acumula para nosotros. Nuestra hipocresía nos condena, nuestro orgullo y terquedad nos arruina.

Se dice que la amargura es como tomar veneno y esperar que el otro muera. Y hoy les vengo a decir que la amargura es como tomar veneno y esperar que el otro muera. Y  es aún peor, porque este veneno no solo te afecta en esta vida sino en los cielos también.

No hay excusa. Aunque nos duele, aunque no parece justo, NO HAY EXCUSA!

Rom 2:11  Porque en Dios no hay acepción de personas.

Entonces, ¿Por qué vamos a creer que Dios va hacer acepción para que odiemos al otro? ¿Por qué crees que puedes juzgar a otro y no ser juzgado igual como juzgas?

 Mat 7:1  No juzguéis para que no seáis juzgados.

Mat 7:2  Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá.

 

No podemos amar a Dios si no amamos a nuestro prójimo, y sabemos adónde van los que no aman a Dios.

1Jn 4:20  Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.

¿Porque creen que no aman a Dios, porque creen que les cuesta tener fe en Dios? Amor y odio no pueden vivir en el mismo corazón, Luz no tiene comunión con las tinieblas.

 1Jn 1:10  Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso y su palabra no está en nosotros.

Sabe no es solo nuestro prójimo que ofendemos que nuestros juicios y nuestra amargura, ofendemos a Dios también! Porque por medio de nuestro orgullo en juzgar al otro nos estamos diciendo que no somos tan pecadores. Estamos diciendo que Dios es mentiroso,

Mat 6:15  Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras transgresiones.

 

LA amargura tiene tres graves resultados espirituales en nuestra vida:

1. Juicio, condenación e Ira de Dios

2. No nos permite amar a Dios

3. Ofende a Dios (Le llamamos mentiroso por medio de nuestro orgullo y corazón hipócrita)

*Estos son aparte de los efectos secundarios de esta vida.

¿Que podemos hacer?

La Solución: Hay que dejar esas ofensas a los pies del Señor, admitir tu falta, pedir ayuda, hay que entregar esa corazón de piedra a Dios para que lo quebranta y lo haga de carne de nuevo. No le digan al Señor mentiroso. Somos pecadores. Deja de subestimar tu pecado y admite tu falta. Llévalo ante Dios. El conoce tu estado y el te amo’ y te salvo’ estando como estas, es horas que lo reconozcas  tu, y te humillas.

Col 3:13  soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Hay que soportar y perdonar.

La verdad es que cada uno de nosotros somos tan malos como el otro.

Interesante:    (Lucas 14:15) Piensan. ¿Quienes eran los que entraron al banquete del Señor? Eran los pobres los de la calle, los perdidos, Ellos pudieron reconocer su necesidad para esa comida de su banquete, reconocieron el valor de la cena, pusieron su mejor ropa y fueron.

Nosotros tenemos que reconocer nuestra necesidad para el señor como también la necesidad que tiene nuestro hermano para Dios.

En vez de rechazar la misericordia y perdón que nos ofrece Dios debemos recibirlo abiertamente; reconociendo que somos unos vagabundos y conociendo el valor de esa salvación de ser parte de ese banquete, no como los demás que decidieron que no necesitaban la cena de Dios.

Efe 4:29  No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan. 30  Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31  Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia. 32  Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.

Señor te pedimos ayuda. Somos fracasos, pero tú eres grande. Te pedimos que nos ayudes a perdonar a los que nos han ofendido. Sabemos que tu puedes hacer la obra no importando cuan horrible sea el dolor y la ofensa. Fil 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Gracias Señor.

J. Reina