Alcanzados para Alcanzar

Predicas para Jóvenes: Alcanzados para alcanzar
por Esteban Reina

reach1Romanos 1:5-6 (RVR60) Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios. 5y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo.

Este primer versículo me llamo muchísimo la atención cuando entendí lo que significaba la palabra “siervo” que se utiliza.  El siervo no tiene metas, sino las de su amo, no posee ni, ni el se posee a el mismo, es propiedad del amo. Pablo esta diciendo básicamente “Yo Pablo, lo he dejado todo, abandone lo que tenia y renuncie a todo lo que esperaba para Jesucristo, para obedecerle en su llamado para mi vida”.

 

Somos siervos o señores

Y esto, automáticamente me hizo preguntarme ¿de esta forma vivo mi vida yo? ¿Así vivimos los cristianos hoy en día? Ciertamente no conozco ni a uno solo que sea así.  Si hiciéramos una encuesta, seguramente nadie escribiría “no me importa lo que me suceda en esta vida, ni el estado en que llegue a vivir, o que tenga mientras que sepa que estoy sirviendo el propósito que Jesús tiene para mi”. Mas bien creo que la respuesta común seria “bueno, como tengo a Jesús en mi vida, espero llegar al fin de mis días habiendo alcanzado mis metas, teniendo una familia unida y feliz en el evangelio, y con la plena confianza de que Dios provee para todas mis necesidades”.

 

Que interesante contraste. ¿A dónde estas tu? ¿En algún extremo o a la mitad del camino? O quizás una pregunta mas adecuada seria ¿te interesa saber? A algunos nos gustaría llegar a ser como los grandes héroes de la fe, pero otros se conforman con un poco de fe y de poder asegurar su entrada al cielo.

Ciertamente no todos somos llamados a hacer todo lo que Pablo hizo, pero si todos somos llamados a “ser de Jesucristo”, por lo tanto hay un propósito, hay algo que Dios espera de ti.

El cristianismo, el “derecho de ser hijo de Dios” (Juan 1:12), no es para que vos y yo podamos venir a la iglesia sin culpa de pecado y ya. Es mucho más que eso, es la habilidad de poder llegar a ser lo que Dios quiso desde el principio: seres unidos a El.

Más de Cristo o más del Mundo.

 

¿Pero por que dejarlo todo? ¿Por qué abandonar mi vida y dársela a Dios?

Por lo que el mismo pablo relata, su razón de dejarlo todo por Cristo no fue nada que este mundo pudiera darle, lo cual crea otra interesante paradoja. MIENTRAS QUE NUESTRO SUEÑO IDEAL PARECE SER TENER A JESUS Y TODO LO QUE ESTE MUNDO NOS PUEDA OFRECER, EL ANHELO DE PABLO ERA LIBRARSE LO MAS POSIBLE DE LAS COSAS DEL MUNDO PARA TENER MAS DE CRISTO.

 

Philippians 3:8-15 (RVR60)  8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos. 12No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

 

Que increíble pasaje, nos recuerda una vez mas que lo que importa en esta vida es solo Cristo. Yo reconozco en mi propia vida que a veces simplemente quiero la comodidad y no el sacrificio que conlleva seguir a Cristo. A veces este pasaje nos parece tan real como una película de ciencia ficción. Leemos la Biblia y decimos “que bien por vos Pablito, me alegra que vivas para Dios, yo también TRATO”, y nos olvidamos que estas cosas fueron escritas para ti y para mi también.

Mientras mas posesiones en la tierra tengamos, menos lugar para Jesús hay; no somos seres infinitos, no hay lugar para dos señores, en nuestra mente o esta lo bueno a lo malo, lo dos no pueden convivir para siempre. Nuestra carne quiere el mundo y el pecado, pero nuestro espíritu clama desde adentro por Cristo y su santificación. Es una lucha constante.

¿Que es mas hermoso: comer tu comida favorita con el amor de vida en un paraíso tropical sin fin, o conocer un poco mas de Cristo? quizás daríamos mas dinero para ir al “decameron” que  a la iglesia para pagar las cuentas. No me mire feo, es lo cierto. ¿Dónde esta tu corazón?

Necesitamos volver a encontrarnos con Jesús, pasar tiempo en su presencia, en oración y adoración, nuestra vida depende de ello.

 

– Alcanzados para alcanzar

En el versículo 12 de este pasaje vemos un principio verdadero.
Philippians 3:12 (RVR60)12No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

ASIR: significa “Tomar o coger con la mano, y, en general, tomar, coger, prender. Agarrarse de algo”. Entonces Pablo dice “yo fui alcanzado por Cristo  para alcanzar algo”. Pablo esta totalmente conciente de dos cosas:

  • A)–  Cristo lo alcanzó a El.
  • B) —El propósito de Jesús su vida depende de que el quiera alcanzarlo o no.

Y  en esta realidad vivimos todos. Cristo te alcanzo, ¿estas luchando por alcanzar aquello que el Señor quiere que tu tomes?

Que el señor te alcance es un hecho y ya, fue una sola vez, que tu alcances tu propósito es algo que tienes que hacer todos los días. “el propósito de Dios es que yo sea salvo” ¿estas seguro que eres salvo? ¿Entonces por que Pablo no se quedo sentado en el templo y ya?

Cuando vemos la unción de David como rey (1 Samuel 16) se ve algo interesante. Samuel viene, lo unge y ¡se va! No le dio corona, dinero, siervos, nada.

-Jonás: no le dio un avión para ir a ninive.

-Mateo: solo le dijo: sígueme” ni le dijo a donde.

-Noe: Dios no le construyo el arca, el la tuvo que construir.

De esta misma forma Jesús nos dio salvación, redención y santificación, nos dio su gracia y su perdón, nos vistió de amor para que podamos alcanzar esa meta que el tiene para nuestras vidas. ¡Pero tenemos que movernos para alanzarla!

Muchos de ustedes han estado en la iglesia por años escuchando de todo lo que Dios quiere hacer en sus vidas, de las promesas de Dios para ti, de sus dones especiales para ti, de tu parte en el cuerpo de Cristo, sin embargo van pasando los años y nada, simplemente por que estamos sentados esperando que el lo haga todo, y hasta que tu no te levantes a alcanzar aquello por lo cual Cristo te alcanzo vivirás frustrado por que tu vida estará estancada.

Es como echarle y echarle sal a la comida y ni aun así agarra sabor. Es como tratar de ver una película súper pelada sin sonido.  Es como comprarte una Ferrari y no tener ni un dólar para echarle gasolina, o como haber ganado el premio gordo de la lotería y haber perdido el ticket.

Te ruego a que busques agarrarte fuertemente del llamado de Dios para tu vida, esta presente cada día, son las oportunidades diarias que te llevan a un lugar en el futuro. David tuvo que tocar en el palacio, seguir cuidando ovejas, servir a sus hermanos, ser perseguido, abandonado,  antes de completar el llamado a ser rey.

¿Qué esta estorbando en el camino entre tu y la voluntad de Dios? Cualquier cosa que no sea conocer a Cristo te va a apartar mas lejos de lo que Dios quiere para tu vida.  Busca a Dios, conócelo, y ve que el tiene algo para ti en esta vida mejor, mas valioso que cualquier cosa terrenal, con un premio eterno.

¿Estás es comunión con Dios para saber y entender que es lo que el quiere de ti (ver Romanos 12.2) ? ¿Qué quiere Dios que alcances en esta vida?

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;” (Jeremías 29.11-12, RVR60)